La cultura visual se entiende como una representación de ideas en el plano de la ficción, pero cuyas repercusiones acontecen en la realidad. Por ello, resulta indispensable atender a los mensajes, ideologías, dogmas, etc., que esta crea, recrea y difunde a través de sus tramas y que influyen de manera directa en la audiencia que las consume; sobre todo cuando dicha recepción y consumo acontece de una manera pasiva y entre quienes pertenecen a la infancia – quienes todavía se encuentran en proceso de desarrollo de su propia identidad y confección de su personalidad –. Se atiende a la productora Disney como ejemplo cinematográfico de animación capaz de controlar a la sociedad a lo largo de un siglo de existencia y con habilidades para perdurar unos posicionamientos sociales basados en ideales de siglos pasados. Esta situación se considera malvada, debido a la manera en la que el colectivo de infantil actual percibe una visión sesgada de la realidad; asimilándola como normativa y aceptable. Siguiendo en la línea de dicho concepto metafórico de maldad se analizan críticamente películas clásicas Disney en las que las figuras perversas principales de las tramas son mujeres; partiendo de un metodología plural y con corte artístico. Se procede a una Investigación Basada en Imágenes (IBI). Este estudio se centra en analizar los componentes estéticos y éticos de dichas figuras, hallándose una tendencia maniquea en la construcción física de la villana y una serie de estereotipos con respecto a la recreación psicológica de la misma. Aunque, como resultados potencialmente significativos se manifiestan los mensajes y discursos heteropatriarcales utilizados para la confección de la misma y que merman una sociedad más tolerante y respetuosa con respecto a la diversidad y a las disidencias por cuestión de género. Por ello, las malas en las películas Disney son mujeres capaces, gobernantas, dirigentes, científicas, etc., y que suponen un cuestionamiento para los cimientos de la sociedad patriarcal en la que el varón ejerce la soberanía. Con todo, para complementar el estudio, se procede la difusión de otros productos audiovisuales de animación en los que el concepto de maldad se difumina y se presenta desde otros posicionamientos mucho más actuales y que defienden una sociedad más progresista y visibilizan el concepto de dualidad.